A vosotros no les aconsejo el trabajo sino la lucha.
A vosotros no les aconsejo la paz, sino la victoria. ¡Vuestro trabajo debe ser
lucha y vuestra paz, victoria! Solamente armado con arco y flecha es como puede
callar y estar quieto; de lo contrario se parlotea y se protesta. ¡Vuestra paz
debe ser victoria! ¿Qué la buena causa santifica hasta la guerra? Yo les digo
que la guerra santifica todas las causas. La guerra y la valentía han hecho
cosas más grandes que el amor al prójimo. No vuestra compasión, sino vuestra
valentía han salvado ahora hasta ahora los accidentados. Preguntáis “¿Qué es
bueno?”. Ser valientes es ser buenos. Dejad que las niñas digan: “Es bueno lo
que es bonito y enternece”. (NIETZSCHE)

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El encuentro de dos cosmovisiones (texto filosófico)




Vamos a ver la forma en que se dio el “encuentro” entre Aristóteles y Santo Tomás. Mejor dicho, de qué manera recibe Tomás el aristotelismo.

La intención de este análisis es ver los puntos clave con los cuales podremos distinguir en qué momento y de qué manera las tendencias de estos autores se manifiestan divergentes y buscaremos los motivos por el que se dieron estas divergencias.

Las obras lógicas de Aristóteles son las que de alguna forma fueron conocidas por los filósofos medievales de occidente. Estas llegarán a conocerse por la traducción que hizo Severino Boecio de las “categorías” y el “Sobre la interpretación” en el siglo VI. Estas traducciones fomentaron el problema que había planteado Porfirio en su obra “Isagoge”, es decir, el problema de los universales[1]. Este problema trata de saber si los géneros y especies tienen alguna existencia extramental. En el libro sobre las “Categorías”, Aristóteles da dos tipos de entidades, las entidades primeras y las entidades segundas[2]. Las entidades segundas serían los géneros y las especies,. De ahí que al ser entidades los medievales observaban alguna confusión de si existen de tal o cual forma, porque de hecho, para ellos, la entidad existe. Hasta antes del siglo XIII la mayoría de los filósofos fueron partidarios del realismo, es decir, aquellos que daban a los universales realidad fuera de la mente. Esto nos sirve para dar a notar que, ya en la escolástica temprana, tradición que recibirá Santo Tomás, se le tomaba a Aristóteles como un pensador de segundo nivel respecto a Platón[3]; puesto que elegir entre realismo o nominalismo era elegir entre Platón o Aristóteles.

La primera variante que se hace de Aristóteles, es aquella hecha por los platónicos o neoplatónicos occidentales (Boecio, Escoto Erígena, Agustín) o árabes[4], tomando la entidad aristotélica como existente. De lleno lo incluye a Aristóteles el mundo neoplatónico y por lo cual lo será más fácil entrar en el ambiente religioso de los árabes y europeos, puesto que las “teorías aristotélicas” permitían fundamentar de la mejor manera los dogmas de religión. Esto se hace notar también en el hecho de que existan obras ajenas a Aristóteles que llevaban su nombre, aquellos justamente eran obras neoplatónicas. El “liber de causis” era una de ellos, que más adelante será descubierto por Santo Tomás su origen fraudulento al compararla con la obra de Proclo, un neoplatónico[5]. Pero esto no es un ejemplo correcto para decir que Santo Tomás haya devuelto a Aristóteles a su estado natural. El filósofo griego no volverá a ser lo que es sino muchos siglos después[6]

Antes del siglo XIII Aristóteles no provocaba mucha expectativa. No fue sino gracias a la filosofía oriental (árabe y judía) que los otros escritos aristotélicos llegaron a conocerse. Los intermediarios entre latinos y árabes fueron los españoles e italianos que comenzaron a traducir de árabe al latín, o del mismo griego al latín, el resto de las obras de Aristóteles como la “Metafísica”, la Física, la “Ética a Nicómaco” y sus demás obras científicas que promovió una viva revolución en la escolástica del siglo XIII[7] . Pero para que Aristóteles fuera tomando en serio por los cristianos, su teoría debió ser interpretada de tal forma que no negase la fe de la religión, pues al fin y al cabo toda traducción es interpretación. Por ello, creemos nosotros, de tal forma que aprovechamos para lanzar nuestra tesis, que Aristóteles fue trastocado en el puno más esencial de su filosofía: en la intención misma, en la intención que daba a su pregunta por el ser. Esta intención fue tomada por los escolásticos como una intención ontológica[8]. Aristóteles, según varios de estos pensadores medievales, quiso preguntarse primordialmente, y por el cual se esforzaba en pensar y daba toda su filosofía, al problema de lo que existe en el mundo y cómo estas cosas que existen se relacionan de una manera global. Hacer eso, es hacer un sistema, pero un sistema de donde nunca lo hubo, esta es una de las quejas que fueron propuestas a partir de Werner Jaeger[9] y tomada como punto esencial por Pierre Aubenque, los comentadores (neoplatónicos, neoaristotélicos, peripatéticos) y los filósofos latinos y árabes hicieron de Aristóteles un pensador coherente, cuando más “la metafísica de Aristóteles es dialéctica, es decir, apurética”,[10] hicieron de su pensamiento una estructura que no cabía contradicción alguna[11]. Y si la había ellos saldaban esa desconexión y terminaban “reparando” el sistema muchas veces aumentando ideas, otras tantas quitándolas, cuanto más Aristóteles era en realidad un cuestionador por excelencia, nunca se contentó con cada respuesta, siempre buscaba “algo”, y en esa búsqueda dejó ideas sueltas que fueron recopiladas como un sistema. Así lo recoge Tomás. Recoge las obras del Estagira (traducida por Guillerm de Moerbeck) y comentarios de árabes y helénicos, y lo mismo que ellos, introduce a Aristóteles a la doctrina cristiana, pues tal “sistema”, supuestamente, no contradecía la fe, Por ello, Santo Tomas solo se limita a “comentar”, cuando ya de antemano se lo estaba malinterpretando.

Averroces es uno de los comentadores que de algún modo trata de interpretar a Aristóteles de manera más libre. Por ejemplo, este filósofos no tiene la idea cristiana de que el mundo es creado en e tiempo, que no es eterno. Por ello, Santo Tomás combatirá esta “mala” interpretación averroísta y de su seguidor latino Siger de Bravante. Pero la interpretación de Averroces sigue siendo impura, pues conserva la idea plotiniana de emanación[12]. El Dios de Averroes crea el mundo y es por eso que Wilson argumente que le problema de la existencia en la “Metafísica” de Aristóteles, es decir, el problema de la esencia y la existencia, se hace consciente con Averroes[13] pues sabemos que el problema de la creación implica la existencia. Sin embargo, el Dios de Aristóteles es impasible y por ser impasible no mira a otro lado más que así mismo, por lo tanto no crea, no dirige su mirada hacia afuera[14]. El no crea, pero sí es causa, lo cual son cosas muy diferentes.

DE tal manera que Santo Tomás recibirá de buen agrado ambos Aristóteles, el lógico (que solo era estudiado como instrumento mental) y el Aristóteles metafísico como instrumento doctrinal. Insistimos en que la intención primordial de Aristóteles no era metafísica, pero no negamos que haya habido; la hubo, pero como resultado “causal” de sus indagaciones principales, restos que fueron confeccionadas posteriormente, según propósito personales, es decir, cambiando las intenciones.

De esta visión rescatamos la idea de la necesidad cristiana de una ontología. Si el cristianismo, si los padres de la Iglesia, tuvieron la intención de formular una religión, un dogma, era imprescindible explicar la creación de Dios, pues la idea principal de dogma católico es que Dios creó el mundo. Para ello había que hablar de creación (ayuda importante para este problema fue recibida de los neoplatónicos) del mundo (lo supuesto ontológico de Aristóteles sería tomada en este campo) y de Dios (la gran ayuda de Platón). El mundo como conjunto de seres organizados, es decir, ontológicamente organizados.


(2006)



[1] Reale, op. cit., pg. 165. Wilson, “La filosofía en la Edad Media” pg. 32. Verweyen, “Historia de la filosofía medieval”, pg. 16.
[2] Aristóteles, “Categorías”, 1310-20: “Entidad, la así llamada con más prioridad, más primariamente y en más alto grado, es aquella que, ni se dice de un sujeto, ni está en un sujeto, v.g.: e hombre individual o el caballo individual. SE llaman entidades secundarias las especies a las que pertenecen las entidades primariamente así llamadas...”
[3] Verweyen, op. Cit., pg. 15: “Como es frecuente, junto a la alta valoración de Platón hay en Alano una paralela subestimación de Aristóteles, a quien considera como un simple lógico, desprovisto de claridad. El lamento por la oscuridad del pensador de Estagira fue, en general, típico de la época que va del siglo X al XII. Boecio ya lo había considerado así cuando caracterizaba a Aristóteles como un turbador verborum”
[4] Gilson, “La filosofía...”, pg. 99: “el pensamiento árabe elaboraría una síntesis del aristotelismo con el neoplatonismo, en el cual necesariamente debían ejercitarse la reflexión y la crítica de los teólogos del siglo XIII.”
[5] Tomás de Aquino, “Comentario al libro ¨De Causis¨ “, en “Los filósofos medievales”, pg. 734: “por lo cual parece haber sido confeccionado por algún filósofo árabe a modo de un extracto del citado libro de Proclo, sobre todo si se tiene en cuenta que todo lo que se contiene en el presente libro se halla en auqe otro mpas completa u extensamente.”
[6] Cfr. Jaeger, “Aristóteles”.
[7] Reale, “Introducción...”, pg, 166: “A través de España, Sicilia e Italia meridional el aristotelismo árabe ejerció influencias notables sobre el pensamiento occidental que hasta el siglo XIII sólo leyó directamente de Aristóteles los dos primeros tratados del organon. En el siglo XII, entre los años 1128 y 1155, Jacobo Veneto desarrolló una actividad febril como traductor, tal como ha demostrado recientemente Minio Paluello. Tradujo; Los Analíticos primeros y segundo , los tópicos, los Elenchi, la Física, el Tratado De Anima, parte de los Parvia Naturalia, la Metafísica y escolios griegos a los Primeros analíticos y al libro primero de la Metafísica.”
[8] Tomas de Aquino, “Comentario al libro de Aristóteles ¨sobre el cielo y el mundo¨” , en “Los filósofos medievales”, pg. 747: “Aristóteles montó su argumentación no ya sólo contra su manera de hablar, sino contra su manera de pensar [de Platón]. Como quiera que sea, no debe preocuparnos mucho de ello; el estudio de la filosofía no es para saber que han pensado los hombres, sino cómo son las cosas en la realidad.”

[9]Jaeger, “Aristóteles”, pg. 426: “Esos verdaderos sistemas estoico y epicúreo claramente enseñan, sin embargo, que los “sistemas” de Aristóteles y Platón carecían de primer rasgo de tipo –no ser cerrados-. [...] El alma de pensamiento de Aristóteles es el juntar (¡uni¡taÚai), sino el dividir ( ViairStn), y esto no como principio de construcción viva. Por eso su “sistema” resulta provisional y abierto en toda dirección.”
[10] Aubenque, “El problema del ser en Aristóteles”, pg. 484.
[11] Ibid., ogs. 483-484:”El comentario de Santo Tomás seguirá siendo durante siglos el sustitutivo de la palabra, ala vez ejemplar e incompleta, de Aristóteles. No significa minimizar la grandeza e importancia histórica del tomismo el remontarse desde su aristotelismo, que tiene respuesta para todo, hasta los silencios del Aristóteles efectivo. [...] La segunda vía fue la neoplatónica. Consistió en ori los silencios, en coleccionar las negaciones, en sistematizar no las respuestas, sino las dificultades. [...] Semejante interpretación no era, a fin de cuentas, menos sistematizante que la precedente, puesta que sistematizaba justamente lo no-sistemático. Acaba a su modo lo inacabado, no por mera extrapolación, sino asumiendo el inacabamiento mismo”.
[12] Wilson, “La filosofía...”, pg 107: “Averroes jusga en primer lugar. Que el mundo ha sido producido , por Dios, pero que ha existido desde toda la eternidad y por vía de emanación.”
[13] “El ser y la esencia” pg. 60.
[14] Aristóteles, “Metafísica”, 1073810-12.

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