A vosotros no les aconsejo el trabajo sino la lucha.
A vosotros no les aconsejo la paz, sino la victoria. ¡Vuestro trabajo debe ser
lucha y vuestra paz, victoria! Solamente armado con arco y flecha es como puede
callar y estar quieto; de lo contrario se parlotea y se protesta. ¡Vuestra paz
debe ser victoria! ¿Qué la buena causa santifica hasta la guerra? Yo les digo
que la guerra santifica todas las causas. La guerra y la valentía han hecho
cosas más grandes que el amor al prójimo. No vuestra compasión, sino vuestra
valentía han salvado ahora hasta ahora los accidentados. Preguntáis “¿Qué es
bueno?”. Ser valientes es ser buenos. Dejad que las niñas digan: “Es bueno lo
que es bonito y enternece”. (NIETZSCHE)

miércoles, 11 de agosto de 2010

SUPUESTOS PARA UNA CONCEPCIÓN DEL AMOR CRISTIANO




En la historia se puede reconocer dos acepciones de la palabra amor:
1) Cosmovisión naturalista[1]: el amor como sinónimo de deseo (eros).
2) Cosmovisión judeocristiana[2]: el amor como amistad (agapau).
Tomo la clara diferenciación que hace Santo Tomás cuando habla del amor como del deseo que busca el bien para uno mismo y del deseo de bien que se busca para el otro.
Tomaremos la segunda acepción, conocida como la teoría del amor cristiano. Consiste en lo siguiente: servir al otro sin esperar nada a cambio.

Para amar cristianamente uno debe tener presente las siguientes ideas:

· Respeto
· Salvación (de la opresión)
· Comprensión

Se respeta, se salva y se comprende cuando se ama al otro. Entregarse por completo, ser su esclavo. Actuando de esa manera se llegará a sentir la vida espiritual en su plenitud. Este amor, promovido por la cultura judeo-cristiana, se consigue tras haber eliminado todo deseo material que tenemos (sexual, de comida, de poder, de esplendor). Pues al llegar a este punto, desligado del cuerpo, recién capta uno su espiritualidad. Pensando en casas banales o placenteras no podemos estar a solas con nuestro espíritu. En esta dimensión, se dice, conocemos a Dios y captamos el amor verdadero.

Por eso se cuenta en las escrituras que Dios se presentó a personajes que tuvieron un alto grado de vida espiritual, de desprendimiento de las cosas terrenales, que tuvieron una vida humilde combatiendo contra sus deseos animales.

Según esta cosmovisión, desde el momento que uno vive de ese modo, amando de ese modo, conociendo a Dios en el rostro del necesitado se llega a un alto nivel de desarrollo humano, en palabras precisas, nos humanizamos y dejamos de lado nuestra parte animal, que es imperfecta; porque lo verdaderamente humano es la parte espiritual. Somos verdaderamente humanos, alejados de los placeres vanos, de las aspiraciones egoístas y solo pensamos en el bien que puede recibir otra persona sea amiga o enemiga, pero nunca pensamos en nuestro provecho.



[1] Por ejemplo las culturas amerindias, la cultura clásica greco-romana, la china, etc.



[2] Toda la cultura occidental, moderna, democrática y humanista.




Jaime Pereyra


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustaria que todos estuviesemos mas comprometidos con esta teoria del amor cristiano , dar sin recibir nada a cambio. me encanta sentirme mas que útil en ese sentido, sentir que la alegría de alguien que necesitaba mas que nosotros ha sido satisfecha.