Jaime Pereyra (UNMSM)
La falta de absolutos indica la eliminación del enlace que hay entre las cosas y el absoluto. Se le ha llamado el descenlace entre Ser y ente. Que los entes no tengan Ser muestra la eliminación de todo absoluto. La metafísica cree que los entes no puedan estar así por así en el mundo, deben tener una causa (un arjé). El arjé es o bien para explicar la existencia de algo o bien para explicar la esencia de algo. De Homero a Husserl han creído esto. El mundo de Wittgenstein lo conforman una serie de hechos atómicos diferentes entre sí, casuales, sin jerarquía, pero con una estructura fija, su figura lógica. La metafísica fue dejada de lado a partir de que en la naturaleza o fuera de ella y en el cual el hombre no intervenga no hay sentido. El sentido está en el espíritu (Husserl, Hartmann, Wittgenstein). El mundo no tiene sentido. La metafísica ya agotó todas sus posibilidades, ya no hay esa relación Ser y ente, ya no hay cosas trascendentales más que la de que el hombre lleva en su ser espiritual. El último refugio de la relación Ser y ente la dio Husserl, el sujeto trascendental y los objetos. La metodología fue ahora filosofía. Si no hay objetos trascendentales, entonces la metafísica está por las puras. Empieza la filosofía hacerse marginal (Wittgenstein, Ballón). La aparición de la metafísica no se debe a que se hayan presentado de algún modo a la mente seres absolutos. La metafísica no debe ser entendida como relación Ser y ente. La metafísica se justifica por la visión dual general-particular (tal vez se entienda esto si pensamos sobre la idea de hombre genérico de Feuerbach). La visión dentro del mundo es particular, fuera de ella es general. Esto se da aun aceptando que haya o no haya sentido y menos aun dioses. La metafísica no se elimina con la falta de esos seres.
2008
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