A vosotros no les aconsejo el trabajo sino la lucha.
A vosotros no les aconsejo la paz, sino la victoria. ¡Vuestro trabajo debe ser
lucha y vuestra paz, victoria! Solamente armado con arco y flecha es como puede
callar y estar quieto; de lo contrario se parlotea y se protesta. ¡Vuestra paz
debe ser victoria! ¿Qué la buena causa santifica hasta la guerra? Yo les digo
que la guerra santifica todas las causas. La guerra y la valentía han hecho
cosas más grandes que el amor al prójimo. No vuestra compasión, sino vuestra
valentía han salvado ahora hasta ahora los accidentados. Preguntáis “¿Qué es
bueno?”. Ser valientes es ser buenos. Dejad que las niñas digan: “Es bueno lo
que es bonito y enternece”. (NIETZSCHE)

sábado, 17 de abril de 2010

Marx y la esencia de Dios




Tenía razón Marx cuando decía que el hombre proyectaba sus deseos en Dios, y tenía razón, porque hay una proyección de mi esencia en lo divino. Palabras como la cristiana que dice “Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza” son muy ciertas, y más ciertas aún si invertimos esta frase así: “el hombre figura a Dios a su imagen y semejanza”. Lo que ocasionó el pensamiento de Marx sobre la religión fue que todos pensaran que el hombre crea a Dios, que es un simple fantasma creado por el hombre para justificarse de sus debilidades. Interpretación errónea, porque lo que hace el hombre es figurar a su imagen y semejanza a Dios, mas no lo crea; la captación divina, la experiencia religiosa viene a ser un hecho innegable (Schleimacher, Otto, Eliade), es un hecho que somos finitos y que a partir de ello concebimos la infinitud, a la que llamamos Dios. Es decir somos dependientes de algo más amplio y poderoso que nosotros, pero que en diversas culturas se lo ha imaginad de diversas formas. Lo dicho por Marx vale para la interpretación de Jenófanes acerca de la forma y figura de Dios que el hombre concibe, pero no para desacreditar su presencia o, como lo han llamado, su existencia.
2008