A vosotros no les aconsejo el trabajo sino la lucha.
A vosotros no les aconsejo la paz, sino la victoria. ¡Vuestro trabajo debe ser
lucha y vuestra paz, victoria! Solamente armado con arco y flecha es como puede
callar y estar quieto; de lo contrario se parlotea y se protesta. ¡Vuestra paz
debe ser victoria! ¿Qué la buena causa santifica hasta la guerra? Yo les digo
que la guerra santifica todas las causas. La guerra y la valentía han hecho
cosas más grandes que el amor al prójimo. No vuestra compasión, sino vuestra
valentía han salvado ahora hasta ahora los accidentados. Preguntáis “¿Qué es
bueno?”. Ser valientes es ser buenos. Dejad que las niñas digan: “Es bueno lo
que es bonito y enternece”. (NIETZSCHE)

martes, 17 de junio de 2008

EL MANIFIESTO COMUNISTA: burgueses y proletarios


Crítica a la modernidad



1


Se oponen los conceptos de fantasma y manifiesto. El fantasma deja de ser fantasma cuando se saben o se explican sus conceptos, tendencias y fines. Con este libro se pretende mostrar este nuevo ciclo en que supuestamente va entrar la sociedad en manos de los proletarios, se pretende dar luz a este nuevo mundo comunista que aun no se presenta en todas sus facetas, pero que, sin embargo, está que hace temblar por lo bajo a la sociedad actual moderna.

2

Esta sociedad en general que se compone de todas las sociedades existentes que se caracterizan por ser estamentales, tienen una historia (la historia escrita) en que se detalla la lucha de sus estamentos o clases. Esta historia de las sociedades se opone a la historia primitiva, en la cual no había división de clases porque la tierra pertenecía a todos.

Habría que saber por qué Marx opone estas dos historias, y además por qué se da el paso de una a la otra. Lo que tenemos a mano es el concepto de historia escrita, por un lado, y, por otro lado, tenemos que la sociedad histórica es representada por Occidente en oposición a Oriente. La característica principal por el cual estas dos historias se contraponen es la propiedad de la tierra. En la comunidad primitiva-Oriental la tierra es común, a diferencia de la sociedad occidental en que la tierra o ya no es común y solo unos pocos la poseen o, en todo caso, la tierra es dividida en bandos según la clase y cada porción pertenece a cierta clase. En el manifiesto no se especifica bien esto, pero es más seguro que la propiedad de la tierra solo queda en manos de unos quedándose los otros sin tierras. ¿Por qué unos poseen la tierra? ¿De qué se valieron para obtenerla? ¿Debido a la rapiña, a la compra, al engaño, a la astucia? Es posible que se haya debido a la astucia. En las epopeyas homéricas se puede observar mentalmente que los criterios valorativos en la cultura griega iban cambiando poco a poco y que este cambio se hace manifiesto en el paso de la Ilíada a la Odisea. El héroe en una es Aquiles (valiente, fuerte, guerrero), en la otra es Ulises (astuto, también fuerte). Se viene dar aquí algo así como el desenvolvimiento del espíritu que terminará su evolución con la obra platónica, en donde se desliga al alma del cuerpo. En Platón lo que predomina ya no es la virtud corporal (Aquiles), sino la virtud del alma (Ulises). En otras obras Marx diría que el inicio de las sociedades estamentales se habría dado por la enajenación. Aquí el tema de la enajenación pasa a unir las dos grandes cosas que Marx quiere tumbar, por un lado la filosofía representativa-intelectual moderna, encarnada en Hegel, que no es otra cosa que la potencialidad del pensamiento platónico hecho acto, y, por otro lado, la sociedad burguesa capitalista.

Según nos dice Engels en el prefacio al Manifiesto Comunista, en Marx siempre está la idea de que la producción económica constituye la base de la historia política e intelectual. Es decir, la economía es la base de la política y la filosofía. Según esto, La filosofía platónica es una muestra de la enajenación que se dio primero en la economía, en el modo de producción. La producción, que antes se hacía poseyendo cada habitante su tierra, ahora es de diferente modo, hubo un cambio, y por el cual varió todos los fundamentos de la comunidad primitiva. Este cambió significó para el hombre una enajenación de su ser. Algo se hizo ajeno a su modo de ser, algo apareció como extraño. Con ello se trata de explicar la aparición del intelecto (entendimiento) el cual se presentó primero como astucia, como aritmética, para terminar completamente enajenándose con la filosofía. Al aparecer este elemento enajenado, el alma intelectual, los hombres pudieron crear herramientas sofisticadas de producción (para ello ayuda mucho las matemáticas) con el cual éstos hombres empezaron a levantarse sobre los demás, a hacerse más privilegiados en el conjunto de todos los hombres iguales y que viven produciendo para su consume personal y familiar, relacionados por lazos divinos. Con la elevación de estos hombres empezó la división social. Los que mandan (por poseer medios de producción y los que obedecen que se quedan con sus tierras y su esfuerzo, y con el paso de los años, ya sin nada de propiedad más que su propio trabajo). Este cambio fue justificado por el pensamiento filosófico, diciéndose que nuestra esencia estaba en nuestra alma y que era una parte que se debería desligar del cuerpo para bien del hombre. El problema empieza aquí, por el cual, Marx, al darse cuenta de ello, de que en verdad la esencia del hombre no era el alma, sino el cuerpo (Manuscritos Económico-Filosóficos), empieza a combatir toda manifestación que prioriza el alma en detrimento del cuerpo, pues esto es causante de todas las desgracias que ahora se dan. Esta es la explicación del paso de una comunidad primitiva (cuya esencia es el cuerpo) hacia una sociedad estamental (cuya esencia es el alma).

3

Al darse la división de clases empieza la lucha entre éstas. La pregunta de este capítulo sería: ¿por qué motivo se da la lucha? Se dice que la lucha es algunas veces vedadas, en otras, abierta. Si queremos buscar más o menos el tiempo en que cree Marx que empieza esta sociedad lo podríamos dividir en dos partes utilizando los dos criterios anteriores: lucha abierta, lucha vedada. La lucha vedada se da cuando existen aparatos ideológicos que calman el estado de dominación en que verdaderamente está la sociedad, engañando al oprimido sobre su estado, para esto ayudaba mucho la religión, la filosofía (la necesidad de esclavos, Aristóteles). Pero la lucha abierta es cuando se eliminan estos aparatos de dominación y se hace abierta, se desliga lo religioso-político y lo filosófico, y se dice abiertamente la intención que lleva la clase dominante, su interés; se pierde todo recato para subyugar. Esta lucha abierta abría empezado con la aparición de los burgueses; la anterior habría empezado en Grecia y habría sido continuada hasta los límites de la Edad Medieval, siendo lo propio de la Edad Moderna la desmitificación de toda expresión social. Para acercarnos a la respuesta veamos ciertas hipótesis. La lucha puede ser por la tierra, por el trabajo, por el dinero, por el abuso, etc. ¿Qué habría querido significar la lucha? Al hablarse de opresores y oprimidos, se podría decir que la lucha sería por la explotación infrahumana de una a otra. Pero hay que notar que Marx diferencia la modernidad con la antigüedad. En la antigüedad el amo cuidaba del esclavo (y esta es la idea que tiene Aristóteles, fuera de toda opresión maligna), aseguraba su existencia y además no había ese deseo de querer siempre más, los estamentos mayormente eran estáticos, había cierto conservadurismo. Lo que no ocurre en la modernidad, cuya explotación del hombre por el hombre llega al límite y el burgués no asegura la existencia del proletario, sino que lo hunde cada vez más. La lucha propiamente dicha se da con la modernidad. Esto se explica por la desdivinación del aparato social, ello también sería la causa de la voluntad de poder exagerada del burgués, porque su ambición no tiene límite. Esto queda claro, que si bien la sociedad estamental empieza a darse desde antes, la lucha empieza con la modernidad. Y se lucha porque el proletario ya no puede más, ya no aguanta la miseria en que se encuentra, la lucha es por recuperar su dignidad humana que lo está llevando a la muerte. La lucha es por la misma desesperación.

4

La burguesía ha simplificado las contradicciones de clases en dos grandes campos: burgueses y proletarios. En la sociedad platónica, por ejemplo, había tres grandes grupos, productores, guardianes y gobernantes. En el grupo de los productores había diferentes subgrupos, agricultores, ganaderos, constructores, tejedores, etc. Estos subgrupos eran clases que mayormente estaban separadas y cada se representaba así misma. En la vida medieval también había diversos estamentos. Lo que pasa con la modernidad es que simplifica los dos bandos y hace conciente a cada uno su lugar, de oprimido u opresor. Y la propiedad resaltante de que uno sea perteneciente a tal grupo era el ser propietarios de medios de producción: instrumentos y tierras.

Se dice que desde la aparición de los burgueses la sociedad occidental empezó a caer. Esta historia, como hemos notado anteriormente, empezó desde la antigüedad y culminaría con la sociedad moderna por culpa de la burguesía. La enajenación que se operó se eliminará con la venida del comunismo, la vida del hombre verdadero, no enajenado. ¿Pero por qué se da este paso a los burgueses que serían el último bastión del mundo vivido occidentalmente? Se habla de los descubrimientos, de la revolución en las maquinarias, de la desmitificación. Sin embargo, cuál es la verdadera causa, porque los descubrimientos se dieron por causa de algo que se había operado en el mundo occidental y que posiblemente causó también la venida de la burguesía. Se podría decir de algo que no significa mucho, pero que se nombra varias veces: la demanda. A mi parecer el aumento de población es la causa de que se produzcan todas estas cosas. La disminución de la taza de mortalidad tal vez a causa de la medicina, los cambios de hábitos del hombre medieval, la limpieza, etc. Este aumento de población apresura la producción, a medida también, que faltan productores, ya que los que mandan ya no trabajan. Esa demanda hace que haya necesidad de apresurar la producción y eso, a su vez, la búsqueda de medios de satisfacer esa basta necesidad. El ensanchamiento del mundo capitalista es por abastecer las necesidades de todos bajo el control de unos pocos. El progreso es causado por la superpoblación, la civilización técnica por ella misma. La venida de los burgueses se explica por la división del trabajo, la división del trabajo por la aparición de máquinas, las máquinas por búsqueda de salidas a la superproducción, la superproducción por la exagerada población que debe comer y los pocos hombres que poseen tierras y que las cultivan.

5

Este progreso de la burguesía debe poner evidente la verdadera situación de su existir y mostrar todas sus consecuencias. La burguesía, como se sabe, es producto de la enajenación. La enajenación es la priorización del alma en detrimento del cuerpo. La necesidad del alma es hacer uso cada vez menos de su cuerpo, por lo tanto mientras más intelectual te vuelvas menos quieres trabajar físicamente, y más se quiere alejarse de la naturaleza, por ello construye ciudades de cemento que cubran la tierra, que oculten su origen, crea más instrumentos que le sirven de medio para comunicarse indirectamente con la naturaleza, no quiere embarrarse las manos. Por ello es el predominio de la ciudad sobre el campo. Lo curioso de la burguesía es que posibilita su destrucción dentro de ella misma. Pues ella misma empuja a que todos vivan a su modo, lo cual es una grave contradicción. ¿Cómo así es que yo quiero dominar y apoderarme de todas las riquezas a costa de otros y a la vez quiera que todos sean burgueses? ¿De qué modo ayuda la burguesía a crear su propia destrucción? Primero tecnificando la sociedad, con ello acostumbra a los dominados a odiar la naturaleza y el trabajo físico. Segundo, quitándole la tierra al esclavo, lo empuja a inmigrar a la ciudad y dejar el campo. Tercero, dando una educación a través del Estado que convenza de las bondades de esta cultura, con ello todos quieren ser burgueses. Cuarto, al aumentar los medios de comunicación a causa de la búsqueda de nuevos mercados y tierras, los proletarios llegan a unirse y ser concientes de su estado de opresión. Y, por último, quinto, haber rebajado al proletario a su más ínfimo estado (por lo cual no queda otra cosa que defenderse del abuso), llegando a convertirlo en una mercancía más.

Estos modos en que la burguesía se destruye así misma también son complementados por otra causa más importante y que es guiada por el deseo infinito del propio burgués. De tanto que quiere el burgués poseer riquezas, la codicia, es llevado a producir exageradamente, con lo cual trae crisis: la epidemia de la modernidad.
Es por estas causas que la burguesía debe desaparecer, ella es la que destruye la sociedad. Por lo que queda solo una solución, que los proletarios (por ser revolucionarios y no conservadores) son los encargados de eliminar la sociedad burguesa y desajenar la sociedad. Volver al primitivismo natural.


(2008)


miércoles, 11 de junio de 2008

LA FUNDAMENTACIÓN


Una introducción al pensar de Platón

Empecemos desde lo más simple y cotidiano y veamos qué nos trae a nuestra memoria cuando mencionamos la palabra “fundamentar”, a la vez también pensemos en sus semejanzas con otras palabras, como son las palabras “cimentar” y “servir de base” que están más cercanas a la significación práctica. Pensemos en el cimiento de una casa, en la base del edificio, y encontramos que es una especie de masa informe que sostiene toda la estructura y que más profunda se hace en tanto la estructura sea más compleja y grande. En un edificio, por ejemplo, la base está como si no formara parte del edificio, de algún modo esta base “no es”, pues no aparece; el edificio, sin embargo, “es”, aunque sin la base este edificio no podría sostenerse, no podría ser. Imaginemos un montón de concreto de amplia longitud sin forma determinada sosteniendo a columnas, puertas, seres humanos, muebles, etc., es decir, sosteniendo cosas con cierta forma, con ciertos límites. Un cuadro tiene la forma rectangular, pesa dos kilos, es de madera, etc. A este objeto “que es” porque tiene delimitación, se le han marcado los límites. Del mismo modo una ventana, se dice de ella que es porque está determinada (de-terminar, cercar, conocer sus términos, sus fronteras, sus límites). En ese sentido una cosa no es cuando no es determinada, esto en el plano material, físico. Ahora si esta metáfora la llevamos al plano de la realidad entera en donde encontramos seres de diverso tipo y especie, ahí encontramos animales, plantas, ríos, cerros, casas, vemos que también ellos son seres determinados y que son precisamente porque están sustentados en algo, este sustento, este fundamento, esta idea de tener una base, se la figura como una amplia fuente en donde se posa todo ser. Es como un gran círculo (círculo lo decimos por llamarlo de alguna manera, pues en realidad el fundamento no tiene forma, no se lo puede determinar) en el cual dentro de ella están infinidad de puntos. Los puntos son los seres, toda clase de seres. Hay que notar que decimos “infinidad de puntos” porque si la cantidad de puntos fuera finita entonces el fundamento en donde están posados sería también finito; pero hemos dicho que la base no es determinada, o sea, no tiene términos. Ahora habría que agregar más, que en el caso del edificio se dice que es una estructura que está en su fundamento, y es una estructura estática, que no tiene movimiento. Pero cuando hicimos esta comparación entre el edificio y la realidad entera (el fundamento y los seres) no notamos que esta realidad no es estática, sino dinámica. Y si es dinámica, si adquiere movimiento, si vemos que una planta salga por sí misma del suelo y luego, más tarde, de ella surge un fruto, si notamos en el movimiento del sol, en los cambios climáticos, nos encontramos con una realidad que no deja de moverse. Entonces hubo quienes se preguntaron por este movimiento, por este fluir del mundo. Luego, también, en su actitud vislumbradora, hubo quienes vieron que en la realidad no todo es movimiento, sino que hay seres que no se mueven, seres decimos, porque tenían forma, como las estrellas, los planetas, etc. Y en verdad habría que asombrarse para saber cómo se les ocurrió que precisamente esos seres inmutables eran los causantes del movimiento. En aquellos tiempos estos seres “determinados” que no se mueven y que están en lo más alto eran llamados dioses, el dios Neptuno, por ejemplo, Marte. Así, pues, de forma vana creían que lo que se mueve es movido por lo que no se mueve. Ya mucho más adelante, muchísimo más adelante, hubo hombres extraordinarios que dijeron lo mismo pero en conceptos, que el móvil debe ser movido por lo inmóvil, pues si todo se moviese ¿quién sería el causante de ese movimiento? Pero esto aun no nos interesa, esto es muy divino para nosotros. Así, al concebir que estos “seres” llamados dioses que parecían no moverse, eran el fundamento de las que se mueven, otros más perspicaces decían que el mundo estaba posado (fundamentado) en las manos de estos Dioses. Estos dioses, al ser determinados, tenían ciertas características, forma, por ejemplo, un nombre, y además, eran de una cierta materia, tal vez diferente, más liviana digamos, o más resplandeciente, o más original, pero eran de materia. Y esta característica, creo, fue que significó su caído de estos dioses, pues hubo hombres más visionarios que los anteriores que se dijeron y que se preguntaron por los progenitores de estos, por sus formadores, por sus padres, es decir, habían de ser creados por alguien también. Fue entonces cuando se volvió a ver otras ves el fundamento, como algo informe, inmutable, no delimitado, infinito. Pocas veces, de veras, se encontraron los hombres con esta visión, fue algo curioso porque en las pocas veces que se encontraban con tal visión trataban de cogerlo (pues el hombre siempre quiere coger), tornarlo algo cogible, algo para mí, algo a la medida de mis facultades, algo para mi mano. Ustedes entienden, algo finito. Por tratar de cogerlo se olvidaron de la visión informe. Pero como ya los dioses estaban caídos para estos hombres (que por su forma de mirar amplia se colocaron por encima de los demás) creyeron que, así como todo lo movible muere, habría una salida para hallar el fundamento, y era buscando aquello que nunca muere, aquello que siempre vemos en todas partes, aquello algunas veces que nos hace posible la vida, como el agua, el aire, otras veces era más simple la visión del fundamento en la tierra, porque de ahí salía el sustento para vivir y cuando un ser moría se disolvía en la tierra. También se creyó que no solo era suficiente decir del fundamento que era una sola cosa, sino dos o tres o varias, vaya a saberse cuántas visiones del mundo se dieron. Pero se volvió a caer en el mismo error de hacer del fundamento informe un algo con forma. Así se supo guardar cierto recelo para hablar del fundamento y ya no decían que la causa de todas las cosas era esto o esta, sino que ahora seres más superiores dieron palabras diciendo lo que no era el fundamento, así, por ejemplo, se habló de que el fundamento no tenía límite y fue muy suspicaz, pues al hablar del fundamento ya no decía qué era, sino qué no era, con ese proceder no podría ser tomado a mal y no caería en el mismo error que los anteriores, dijo que el fundamento no debería tener límites y sonó algo así como apeirón, ¡vaya qué palabrita!, pues esta determinación del fundamento se anulaba así misma como determinación. Decir que el fundamento no es, que lo indeterminado se determina como apeirón es caer en contradicción, pero, claro, esto de contradicción se vio mucho más adelante. Sin embargo, ya estaba el germen de la nueva y rigurosa fundamentación que se dará a la realidad.

Hemos dicho que el edificio no se mueve, que la planta sí presenta cierto movimiento así como también el hombre. El hombre es precisamente el que se pregunta por el fundamento y es más fácil que él mismo se respondiera pues en él el movimiento se presentaba en acciones. Cada acto de él es muestra del movimiento, por lo cual podría interrogarse por qué se movió de tal manera y no de otra manera. Yo, un joven lector de tragedias, podría preguntarme por qué una opción es suicidarme al verme tentado a hacer cosas que están mal. Veo que mi acción, mi movimiento es empujado por una cierta deliberación interna, hay algo en mí que me dice que no debo moverme de tal o cual manera, hay algo que me dice cómo debo comportarme, como vemos es fácil ver que tenemos una cierta facultad deliberativa algo así como el que manda a mi cuerpo, el conductor. Se podría argumentar que quien causa mi movimiento es esa cosa que me conduce y que está dentro de mí y que al darle nombre sonó algo así como psiqué. Podría decirse de ella que es el vientecito que respiramos y que al morir (y se detiene nuestra vida) sale de nosotros. Esta psiqué tal vez sea de una materia muy liviana como el aire, sí, así como el aire, tal vez psiqué habría mentado el aire. Pero esta psiqué no podría ser la causa, el fundamento, porque es también algo determinado, y además cuando nosotros optamos por algo es porque nuestra psiqué obedece a otra cosa que no es ella, tal vez sea como la orden del príncipe que gobierna mi ciudad, así mi “airecito que llevo dentro” obedezca al del príncipe. Pero la voz del príncipe, esa ventisca que delibera, tampoco podría ser el fundamento o el causante de por qué yo me muevo y actúo de tal forma. Pero ahora que me acuerdo, el príncipe decía que sus órdenes no eran de él, sino que eran dictadas por los dioses. ¡Vaya! Claro, sí, por este camino, por este mar por donde navego buscando mi fundamento de mis acciones, es decir, no por el lado de la realidad que no soy yo, sino por el lado interno de mi ser, he vuelto a encontrar a los mismo dioses que otros habían encontrado antaño buscando desde fuera. ¡Qué tal rollo! Volvemos al principio, ya sabemos que los dioses no podían ser el fundamento. Entonces los hombres, y estos fueron pocos, que se encontraron con esta incertidumbre, no podían creer ya en lo que se canta del mundo, ni los cantos de los príncipes. Las órdenes de éstos príncipes deberían ser falsas o erróneas, ya que no se ha puesto una base verdadera a mis acciones, no se ha fundamentado bien. Al fin y al cabo esos no son dioses de verdad. ¿A quién obedecer para dirigirme en mis acciones? ¿Sigo según se mueve la mayoría? ¿Obedezco a la mayoría? Estas preguntas se hacía un hombre hace ya mucho tiempo. Pero la mayoría. La voz de la comunidad, se forma de la unión de la voz de cada uno, ¿y cada uno a quién obedece? ¿A sus intereses? ¿Han llegado a ver ellos sobre este problema de la fundamentación? ¿Siguen creyendo en aquellos dioses o ya no les importa nada? Cada uno, en estos tiempos, presionaba para que la mayoría haga lo que le conviene a él, y claro, el que convencía lo hacía o bien por las armas o bien por la palabra adornada; mejor era, para que no haya competencia, que se creyera que un dios daba las leyes, aunque este cuento era dado por los más grandes de la palabra adornada, pero para el tiempo en que vivía este hombre del que hablamos ya no se creían aquellos cuentos y de tal modo había un clima tal de hostilidad vana que este hombre se alejó por un tiempo de este mundo de controversias infundadas. En la guerra de conveniencias se llegó a ciertos acuerdos y se colocó al nomos como el fundamento de la ciudad. Este fundamento, qué tristeza, dio muerte a un amigo muy querido del hombre del cual hablamos. El amigo y maestro era un hombre perfecto y vean qué grave contradicción se dio, que un hombre perfecto sea tomado como malo (y por ello lo mataron), por las órdenes éstas llamadas nomos, que se tomaron por convención. Lo malo no era el maestro, sino la convención, pensó nuestro personaje, fue cuando decidió buscar una salida a este relativismo. El problema del relativismo es porque no tenía un fundamento.

Es así como este hombre decidió navegar buscando al dios verdadero por una travesía que nadie lo había hecho, se había enterado de los mapas anteriores que sirvieron de camino a los profetas de antaño y que, sin embargo, fueron vanos esfuerzos de fundamentación. En esta segunda navegación en la historia de los hombres fue cuando se descubrió un mundo nuevo, un mundo de verdaderas divinidades. Sabía que si les preguntaba a unos de estos hombres creadores del nomos y la convención sobre algo, por ejemplo, sobre la labor del hombre en el mundo, entonces como ya sabemos que la convención es producto del relativismo, este iba no iba a poder responder, sépase que el preguntar pregunta por la causa. Sin embargo, a través de los años se sabía de alguna forma oscura cuál era la tarea del hombre en el mundo, así si se preguntaba sobre qué cosa era un hombre valiente no podría señalarse con el dedo a un hombre valiente. El hombre valiente está ahí pero su ser evocaba a alguna base por el cual este hombre es valiente. Así también en el plano de la realidad natural si vemos una manzana sucede que a veces uno se pregunta sobre quién lo ha convertido en una manzana, o en nuestro propio caso, también nos preguntamos quién nos hizo así como somos. Esta pregunta por la causa de algo, de una manzana o de un valiente, suena una búsqueda por el que le da su ser, por un poder que hace que una cosa sea de tal o cual manera y, de manera radical, por el que le da existencia. Un justo y otro justo tienen algo en común, la justicia. Una manzana y otra tienen algo en común, la Manzanidad. Pero este hombre ya sabía que la causa no podría ser algo material, ya que había escuchado que los anteriores visionarios la habían dicho y no se habían dado cuenta que toda cosa material tiene movimiento y por lo tanto muere y si muere no es fundamento. El fundamento no debe tener movimiento. Es así que el fundamento de mi acción justa es algo así como algo inmutable que no es materia, es decir, La Justicia. La idea de justicia como la idea de manzana, como la idea de hombre y la idea árbol, eran las causas de que un hombre sea justo, de que una manzana sea manzana, de que un hombre sea hombre. Pero estas ideas al ser inmutables entonces no pertenecían al mundo material. Debían pertenecer a otro mundo. Fue así como se descubrió el mundo metafísico. Se dividió la realidad en dos: lo natural y lo metafísico.

Pero hay una cosa más que agregar a esta forma de hablar del fundamento. El fundamento, se había dicho, que era apeirón, y por ello mismo no podía tener límite. La idea de límite es la unidad, todo cosa que es, es una. Pero el fundamento no es, es precisamente el que da ser, da unidad. Las ideas dan unidad a las cosas desperdigadas, pero ella misma es unidad, y por lo tanto, también es, y un ser no puede ser fundamento. De esto se dio cuenta nuestro hombre. Lo que había hecho hasta este momento era dividir la realidad, en seres materiales y seres ideales, pero aun no había resuelto el problema del fundamento a cabalidad. Y es así como lo resuelve. La realidad es jerárquica, de tal modo que uno fundamenta a un ser más bajo y este es fundamentado por algo más alto. Llega a concebirse la idea de fundamento como importantísimo tanto para la vida política y ética, como para el conocimiento del mundo. Por ello el fundamento de cada cosa debe ser algo bueno. Mientras más alto sea el fundamento más alta es la bondad. El fundamento o la explicación de las cosas materiales son las ideas, pero estas ideas también son fundamentadas por algo más alto y que es lo más bueno que hay. A esto se le llamó el Bien. Nombrar algo es determinarlo. El mundo de las ideas es necesario, es siempre y nunca cambia, en este mundo no puede haber contradicción. En cambio, en el plano de las cosas materiales anida el movimiento, el plano de la contingencia. Anteriormente se había dicho que en el instante de coger el fundamento a la vez se caía en contradicción, pues es una contradicción coger lo que no puede ser cogido. Por ello el fundamento no podría estar en el mundo de las ideas porque en este mundo domina la necesidad, la tautología, pero no la contradicción. Este Fundamento, dador de ser, tampoco sería ideal porque es algo que es y que no es, un contrasentido. Por ello no se lo puede nombrar, no se podría darle logos, porque al nombrarlo le daríamos ser. Cuando nuestro personaje, un hombre ancho de espaldas, se dio cuenta que el fundamento no puede ser nombrado, tal vez se halla arrepentido al llamarlo Bien, pero superó esta dificultad diciendo que este Bien no puede ser cogido ni por las manos, ni por la mirada solamente, sino es algo que al servir de fundamento a lo material y a lo ideal debería ser percibido con todo lo que tenemos de ideal y material, con nuestra percepción y con nuestra mente, es la contradicción misma, lo necesario y lo contingente, es y no es, es el Ser. Al intuirlo se intuía al verdadero Dios. Con la mente se coge la unidad y con la mano se coge la unidad. Este fundamento no es uno, sino todo a la vez y uno. En tal enredo calló Platón por pronunciar lo impronunciable.


(2008)